Lo único que salva es el Amor. Porque la resurrección de Jesús es el triunfo del amor. El amor es siempre fecundo, aunque a veces tarde en germinar. El amor lo transforma todo, incluso cuando nos lo rechazan. Pero tú ¡siéntete amado!, el amor de Dios amor nunca te ha de faltar. ¡Y ama!, porque el amor es más fuerte que la muerte. Ama y serás eterno; ama y tienes la garantía de la resurrección. Ama, y aquellos que reciban tu amor, resucitarán contigo.
Por eso: Alégrate hoy y todos los días. Dedícate a sembrar semillas de Evangelio. ¡Compromete tu vida en el proyecto de Jesús! Sé bastante más atrevido y decidido, y que te guíen siempre el amor, la luz, la verdad, la paz y la vida pues aún nos queda mucha injusticia, mucho mal y mucha muerte por vencer. Pero sobre todo, deja que el Espíritu del Resucitado haga nuevas todas las cosas.